La anemia es un trastorno que sufren hasta el 80% de las mujeres gestantes y aunque no se suele convertir en una complicación de gravedad, hay que vigilar y tratarla.

En el 90% de los casos, la anemia en el embarazo está causada por una deficiencia de hierro. Es lo que se llama una anemia de tipo ferropénica. Se diagnostica mediante un análisis de sangre, pero los siguientes síntomas nos pueden dar una pista de su presencia:

  • Cansancio.
  • Palidez en la piel y en las mucosas.
  • Mareos.
  • Fragilidad en las uñas.
  • Taquicardia.

En próximos artículos hablaremos sobre su tratamiento. En el artículo de hoy nos vamos a centrar en la prevención. La mejor manera de prevenir la anemia ferropénica en el embarazo es seguir una alimentación sana, equilibrada y con gran presencia de alimentos ricos en hierros, como son los siguientes.

Hierro de tipo vegetal:

  • Vegetales de hoja verde como el brócoli, col, acelga, espinacas…
  • Legumbres: garbanzos, lentejas, soja, guisantes.
  • Sésamo.
  • Frutos secos: anacardos, almendras, nueces, pistachos.

Hierro de tipo animal:

  • Carnes: vaca, cerdo, cordero, pollo, pato y pavo.
  • Pescado: mejillones, lenguado.
  • Yema de huevo.

También se recomienda combinar los anteriores alimentos con otros que sean ricos en vitamina C, ya que ésta facilita la absorción del hierro. Es el caso del tomate o frutas como la naranja, el limón, kiwis, mandarinas o fresas.

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